El Buen Gobierno. Ambrogio Lorenzetti. Sala de los Nueve. Palazzo Pubblico de Siena.
Nos
encontramos ante dos frescos que nos ilustran acerca del “Buen Gobierno” y del
“Mal Gobierno”, y sus efectos sobre la polis, la ciudad, el país o cualquier
forma de organización humana.
El
autor, Ambrogio Lorenzetti, fue maestro de la Escuela de Siena en el siglo XIV.
Estos frescos en realidad exponen una “Filosofía Política” enraizada en el
pensamiento de Platón y en sus discípulos a lo largo de la historia, entre
ellos los cristianos que se inspiran en dicho pensamiento (incluidos los aristotélicos como
Tomás de Aquino), uno de los cuales es Dante, en cuya concepción del
gobierno de la polis se inspira precisamente este pintor y humanista,
extendiéndose al Renacimiento y otorgando vigor a las ideas fundacionales de la
sociedad contemporánea.
Imbuido
por las leyes del Equilibrio el “Buen Gobierno", cualquiera sea la forma
que adopte, está inspirado en principios emanados de virtudes tales como la Justicia,
la Templanza, la Fortaleza, la Magnanimidad, la Prudencia, la Paz y la Caridad.
El objetivo principal del buen gobierno es conquistar la Armonía y la Concordia
para los ciudadanos, aquellos que conviven en la ciudad, o el país y conforman
su tejido social, de donde la palabra “sociable”.
El Mal Gobierno.
La
Tiranía rige el “Mal Gobierno”, guiado por la Avaricia, la Soberbia y la Arrogancia,
que dan lugar, entre otros aspectos siniestros, al egoísmo, al embrutecimiento, al miedo y
la división entre esos mismos ciudadanos, es decir a la ruptura interna del
tejido que conforma la idea misma de ciudad. La Tiranía está representada por
una especie de vampiro, a cuyos pies está encadenada la Justicia.
Sobre
los resultados del buen gobierno se lee en un letrero sostenido por una figura
alada que representa la Seguridad: “Sin
miedo, cada persona puede transitar libremente; cada quien puede labrar y
cultivar, dado que en esta comunidad se mantiene la seguridad, que despoja el
mal de todo poder”.
Sobre
los resultados del mal gobierno puede leerse en otro letrero sostenido por la
figura del Miedo: “Debido a que cada uno
busca su propio bien, en esta ciudad la Justicia está sujeta a la tiranía; en
esta ciudad nadie pasa por ningún camino sin temer por su vida, pues hay
asaltos fuera y dentro de las puertas de la ciudad”.
Desde
luego estos frescos son para meditar en estos tiempos que corremos y que
algunos llaman “históricos”. En realidad señalan un momento del ciclo de la
humanidad donde las “hordas de Gog y Magog”, las fuerzas de la disolución, han
asaltado el gobierno de la ciudad, ensombreciendo el paisaje de sus calles y
las almas de sus habitantes. Nos jugamos nuestra civilización, o los restos que
quedan de ella, pero que todavía palpitan en el corazón de los hombres y
mujeres “de buena voluntad”. Poca broma. Que no sintamos vergüenza de nosotros
mismos. La Memoria de Calíope
Comentarios
Publicar un comentario