Mitra Sosteniendo el orbe. Relieve de Neuenheim
Ciertamente no
resulta fácil adentrarse en la cosmogonía mitraica, primero porque se entiende
como una tradición arcaica, desaparecida e incluso ajena, luego, también, por
el tono dramático que contiene su ritual, la muerte del toro no se acepta en
nuestro imaginario actual con la misma actitud con la que lo hacemos cuando el
animal a combatir es un dragón. Sin embargo el simbolismo esotérico es el
mismo, la lucha entre el yo y lo otro, que niega o se opone al Sí Mismo, a la
Unidad.
También se nos puede hacer difícil acercarnos sin reparos a
unos símbolos y a un ritual propiamente masculino, y más concretamente
constituido sobre todo por las legiones de soldados romanos, quienes tenían su
iniciación espiritual y guerrera a través de la simbólica de la muerte del
toro, la tauroctonía, tema central del ritual mitraico.
Sin embargo, es posible atravesar la puerta y apoderarnos de
los valores y códigos simbólicos que representa esta deidad de origen persa
asociada a la luz, es decir apropiarnos de la Enseñanza tradicional de él
emanada, es una cuestión de voluntad, un acto propio de la vía guerrera, porque
esa acción requiere plantar cara a nuestras propias tendencias y
condicionamientos, aquellos que nos han sido impuestos por el medio, y una vez
libres de esos prejuicios podremos comprender la transcendencia de la
Cosmogonía mitraica en tanto que una forma de la gnosis tan verdadera como
cualquier otra que a fin de cuentas exprese la misma realidad.
Como Prometeo robemos las ideas a los dioses, a todos ellos, pues todos tienen tesoros que como hombres nos pertenecen. Por esa razón, no lo olvidemos, Hermes es el patrón de los ladrones, es decir de la piratería celeste, no el de los simples rateros.
Mª Ángeles Díaz
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